En una sociedad cuyas instituciones socio políticas y culturales sobreviven los avatares propios del sub desarrollo. Se hace necesario encontrar puntos de referencia que nos muestren un hálito de esperanza en la ruta que nos debe conducir a los avances que anhelamos.
Una cultura saturada de soberbia social que impide, hasta sin proponerselo, el desarrollo de aquellos cuyas características pudieren ser una limitante.
Luego de la ruptura política que originó la salida de una gran cantidad de miembros del Partido Revolucionario Dominicano y que abrió paso a una corriente que fue avanzando hasta convertirse en lo que hoy conocemos como Partido Revolucionario Moderno. Quedaron muchas interrogantes en el tintero político y una de ellas, lo constituye la posibilidad de gerenciar con éxitos, un proceso de transición de una estructura ultra poderosa en los cimientos sociales de nuestra nación cómo el PRD a un “Ensayo” democrático naciente PRM.
En sus orígenes el PRM, forjó en el morbo social, muchas interrogantes que luego deberían responder sus principales actores con el paso de los años y la consolidación estructural de esta fuerza que prometía hacer la diferencia.
Al inicio, la dirección encabezada por Andrés Bautista y Jesús (Chu) Vasquez Martínez, entre otros valiosos dirigentes, logró avances mínimos, pero, importantes en el discurrir de la historia reciente. Fue en la gestión de un joven como José Ignacio Paliza presidente y Carolina Mejía secretaria general, donde el partido logra a pesar de los pronósticos negativos y bajo un gobierno capaz de hacer todo cuanto era necesario para permanecer controlando los estamentos de poder, que el PRM da pasos agigantados, minimizando los conflictos internos, propios de su herencia perredeista, realizan una convención para puestos electivos sin mayores contratiempos, sortean con habilidad las luchas de intereses al formar la boleta de la competencia de febrero y julio de 2020, mantienen un nivel de cohesión en la diversidad, teniendo en Luís Abinader e Hipólito Mejía los mejores aliados de ese proceso, logran un relato que los acerca a sectores que hasta el momento se mantenían distantes como la prensa y organizaciones de la sociedad civil.
La gestión de un joven como José Paliza y una mujer como Carolina Mejía, quienes eran para muchos, inexpertos en el manejo y la gerencia partidaria, ha dado muy buenos frutos a todo el conglomerado PRM.
Podemos afirmar que esta mutual de juventud y mujer nos ha dado un grato ejemplo democrático y por demás permiten a su partido, celebrar la dicha de estar en el poder.
Es responsabilidad del presidente Luís Abinader, su gabinete y aquellos que manejan la dirección partidaria, caminar en armonía y coherencia para seguir adelante, cosechando los frutos de tener tacto y visión al entender que la sociedad cambió y compromete a sus actores en caminar conforme a esa realidad.
