Dentro de las estructuras de la administración pública, encontramos muchas instituciones, cuyas funciones, eficiencia y utilidad, resultan desconocidas por la mayoría de los Dominicanos.
La sociedad en su conjunto llegó a perder la confianza y esperanza en una gran cantidad de instituciones, que por los resultados y la forma en la que sirvieron de guarida para la corruptela, con nominillas y capítulos “sociales” que sólo ayudan al desarrollo y potencializar el parasitismo.
La capitalización aquella del primer gobierno del PLD, con las famosas empresas de CORDE. Pudo haber sido la ruptura de ese modelo asistencialista y a todas luces corrupto. Sin embargo, lejos de ello, sus resultados fueron diametralmente opuestos.
Es ante ese panorama, que podemos resaltar de forma gratamente positiva, la presente gestión del joven Paúl Almanzar Hued y su equipo en el Instituto Nacional de la Aguja (INAGUJA). Hasta hace poco esa institución cuya filosofía de empoderamiento y canal de generación de empleos en el área textil y dando un trato privilegiado a la mujer, a través de la capacitación y posterior inclusión al mercado laboral, mediante sus centros de enseñanza ubicados a nivel nacional y en especial en comunidades, económicamente deprimidas.
Desde su fundación, este instituto, recibía una importante asignación presupuestaria anual y nunca llegó a tener coherencia, la inversión en función de los resultados.
No es sino, hasta la presente gestión encabezada por un joven talentoso y emprendedor que se ha dedicado durante aproximadamente un año a recorrer cada centro de capacitación bajo la tutoria gerencial del INAGUJA, trabajando de forma acelerada en un proyecto de transformación integral de instituto, cuya re ingeniería estructural ha impactado positivamente las comunidades y se perfila cómo una importante promesa para el desarrollo económico de todos aquellos que son beneficiados por la capacidad gerencial y el Cambio de rumbo que ha tomado la institución, guiada por un equipo de jóvenes que valoran la oportunidad puesta en sus manos por el presidente de la República Dominicana El Lic Luís Abinader.
De seguir la trayectoria planteada, estamos seguros que dentro de poco tiempo, y a ritmo de una novia que se apresura con la intención de mostrar a su amado, su más sublime galantería y el arrojo propio de sus anhelos. Veremos la conversión despampanante de una cenicienta en la piedra preciosa que puede llegar a captar la atención de una sociedad que con razones sobradas, un día decidió ignorarla.