Hipólito, el perfil de un genuino demócrata

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Está muy claro que la trayectoria de los grandes, está marcada por sus acciones, más allá de su discurso.

Tal afirmación toma cuerpo cuando nos adentramos en el analisis y la depuración de figuras que han logrado, aún con sus imperfecciones, propias de su condición humana, trascender en su paso por la vida en medio de adversidades.

Cuando evaluamos la ruta pública de un hombre cuyos origenes, afloran cuantas veces logra comunicar sus ideas y con ello dejar ver en lo espontaneo de su discurso el valor de la autenticidad y la sencillez.

Como mismo proclama la felicidad de venir de un campo, donde fue necesario sortear grandes dificultades y de paso haber logrado con tezón, cada peldaño avanzado. Su vida teñida de un color vivo como la certidumbre firmeza con que logró ceder la candidatura vice presidencial del Dr. Peña Gomez cuando era muy posible ganar, con la variable de que su compañero de formula cargaba una sentencia de muerte, en la enfermedad que le agobiaba.

Competir a una candidatura presidencial, donde luego de ganar la misma, reconoció y cumplió mas allá de las espectativas a sus competidores internos. Llegando al extremo de permitirles enfrentarles siendo su jefe coyuntural y teniendo control del poder y la capacidad que este provee para chantajear a los adversarios. Ejercer la presidencia respetando el derecho a disentir y hasta soportar conspiraciones en su contra, de parte de algunos beneficiados de esa poco común vocación democrática que manifestaba en todo momento

No conforme con esa realidad, permitir el desarrollo y participación de liderazgos al margen del suyo sin presionar a nadie desde su condición de lider, respetarles sus espacios y en ciertos casos hasta promoverlos. Soportando la tentación de cometer acciones de todo tipo, sugeridas para mantener un poder más allá de lo que permitia la democracia. Llegando ha ser mal visto por aquellos que valoran el gobierno como una forna de amazar fortunas y granjearse favores, aún en desmedro de las buenas costumbres.

Enseñar como es posible que su liderazgo logre llevarse el 95% de un partido que le siguió en la fornación de otro y de paso compartir las posiciones en igualdad y a veces en desventajas con quien para ese momento contaba quizás con el 7% de la aceptación de la militancia de ese partido

Participar de elecciones generales y convenciones, reconociendo sin reservas cuando le ha tocado perder. Sin hacer líos y causar fraccionamientos, muy a pesar de ser víctima de campañas rastreras y mediocres por sectores que no asimilan tanta capacidad y desprendimiento.

Cuando echamos y miramos la ruta de respeto y dignidad de un hombre, que ha padecido de las campañas mas perversas y contrastar con su comportamiento ético y político, nos permite concluir que al momento de pensar en un referente democrático, sin lugar a dudas que Hipólito Mejía reune todas las condiciones para sobre salir con el perfil idoneo para un genuino democrata.