El miedo es la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. En el transcurso del tiempo en confinamiento, he apreciado como este nos limita y nos provoca muchas preocupaciones que impiden nuestro correcto desenvolvimiento social. A tales fines, en el día de hoy les estaré compartiendo este tema que es preciso que nos formulemos la siguiente cuestionante ¿Qué nos produce miedo?
Sería tan extenso enumerar las cosas que nos producen miedo que se me hace imposible citarlas todas en el presente artículo; solo me limitare a decir que cualquier cosa puede provocar miedo en una determinada persona. Este nos sirve para reaccionar y escapar de cualquier peligro inminente. El problema radica en que muchas veces el miedo no es real o lo sobredimensionamos, dígase que sentimos miedo de cosas que no tienen forma de afectar nuestra integridad, justo ahí es cuando nos empieza a hacer daño.
¿Sabías que el miedo constante puede llegar a dañar parte de nuestro cuerpo? sí, no tan solo nuestra mente se afecta a través del agobio, el malestar, el estrés, insomnio, ataques de ansiedad, baja autoestima, inseguridad, vulnerabilidad o culpabilidad. También Nuestros órganos como son los riñones, el estómago, hígado y corazón, se ven afectados cuando tenemos miedo constante, porque este se transfiere a esas áreas.
El mayor problema es que esta es una emoción muy común entre los seres humanos, ese malestar y preocupación nos hace tener la sensación de perder el control total de nuestras decisiones. Muchas veces por evitar el miedo no cambiamos de pareja, de casa o de trabajo; no decimos lo que pensamos y preferimos lo malo conocido a lo bueno por conocer. En casos muy extremos el miedo puede llegar a frenarnos.
Recomendaciones:
Una de las primeras recomendaciones que les doy a mis pacientes es sentir el miedo, identifica los motivos de esa sensación, si es posible escribirla, no intentes luchar o negar la emoción, sino más bien afróntala, hazte amigo de tus miedos y deja de huir. Desafía tus propios miedos, recuerda que tú tienes el dominio y control de la misma.
Lic. Ana Santiago
Psicóloga Clínica
Exclente aporte!
Excelente !!
Comments are closed.