En una sociedad marcada por el sub desarrollo e impactada a través de su historia por una alta manifestación de las más genuinas e inmisericordes expresiones del machismo. Resulta difícil que el imaginario colectivo acepte y confíe en el liderazgo femenino.
Razones como está junto a otros factores, han estado presente a la hora de que se le otorgue autoridad y poder de decisión a la mujer, en temas que vinculan la toma de decisiones en funciones públicas a niveles que pudieren ser determinantes.
Observar la historia donde hasta hace poco la mujer no había llegado a la Vice Presidencia, solo algunas alcaldías, diputaciones, regidurias y muy contadas excepciones como senadoras. Para muchos dominicanos, representaba una incógnita tener una mujer en la responsabilidad de la alcaldía más importante del país. En este caso hablamos de la alcaldía del Distrito Nacional.
De manera muy positiva podemos concluir que la elección hace dos años de la primera mujer en la alcaldía del DN. La muy carismática y cercana dama de trato afable que cautiva a todos cuantos tienen el honor de compartir con Carolina Mejía.
Llegar a la alcaldía en medio de una crisis sanitaria matizada por el COVID 19, Luego asumir en medio de lo que significó los primeros 18 meses de esta pandemia y las consecuencias económicas y sociales que a todos los niveles provocó esta.
Sin embargo Carolina Mejía, enfocada, decidida, empoderada y con una capacidad gerencial que le hace merecedora del reconocimiento de aquellos con quienes comparte de alguna forma las tareas de la capital. Ha demostrado que se puede ser mujer, en una sociedad machista y marcar un territorio que trasciende la miopía propia de quienes viven aferrados a ideas trasnochadas y alejadas de una realidad global que implica el reconocimiento de la capacidad de un ser humano más allá del género con que Dios le ha privilegiado.
Es una cotidianidad, ver a la alcaldesa mostrar sus dotes de liderazgo al guiar con gran habilidad una legión de hombres y mujeres que como equipo le ayudan a generar confianza y ganarse el aprecio de una ciudad que ve una mujer que a dos años de gestión, puede levantar bandera de la eficiencia, cercanía, desarrollo y transparencia más allá de la mezquindad impenitente de aquellos privilegiados por la envidia, gran aliada de quienes no conocen que la buena gestión no tiene género y que solo espera que cada incumbente asuma su rol, cumpla su plan de gobierno y procure impactar positivamente su pueblo
Indudablemente Carolina Mejía la primera de la primada, escribe con tinta de éxitos las páginas de una historia pública digna del reconocimiento de todos.